El ayuntamiento de Oroz-Betelu y NILSA inauguran la depuradora - NILSA

NILSA

Notas de prensa

2024

28 de mayo de 2024

El ayuntamiento de Oroz-Betelu y NILSA inauguran la depuradora

Esta mañana, la corporación de Oroz-Betelu –representada por su alcalde, Josep Franquesa– ha inaugurado la depuradora de la localidad, junto con el Director General de Administración Local del departamento de Cohesión Territorial del Gobierno de Navarra, Jesús María Rodríguez, y con Fernando Mendoza, gerente de NILSA, la sociedad pública encargada del saneamiento y la depuración en Navarra.

La localidad, que cuenta con 153 habitantes censados, disponía hasta la construcción de la nueva depuradora de un tanque Imhoff de hormigón de 2004, cuya capacidad y eficiencia técnica se han visto sensiblemente mejoradas por la instalación actual. Situada en una parcela en la margen derecha de la carretera NA-2040, linda, por un lado, con la carretera y, por el otro, con el embalse de Itoiz. Hasta esta parcela se conduce el agua residual mediante bombeo, que se ha ubicado junto al anterior Imhoff, reconvertido en un elemento de seguridad más en el tratamiento del agua residual.

En caso de que el bombeo alivie el agua por falta de capacidad, debido a episodios extraordinarios de caudal, el agua sucia se almacenará en el Imhoff, de tal forma que al menos se produzca una decantación previa de los elementos sólidos y exista un tiempo de retención antes de que llegue finalmente al río Irati.

La nueva instalación, que ha costado 696.987 euros, está diseñada para tratar un caudal medio diario de 0,69 litros por segundo (60 metros cúbicos diarios), siendo el máximo admisible en la planta de 4,84 litros por segundo, momento a partir del cual la planta dejaría de funcionar, caso muy improbable, dado que es siete veces más del caudal medio previsto. El caudal que se ha considerado en momentos de fuertes avenidas de agua, por episodios de lluvias torrenciales o tormentas, por ejemplo, es de 1,66 litros por segundo.

Además, se ha dispuesto de un sistema de telecontrol –supervisión a distancia, desde las oficinas de NILSA o a través de internet–, que permite tener conocimiento inmediato de cualquier avería o alarma, que serán atendidas en un plazo máximo de 24 horas. Por otra parte, personal de mantenimiento visita semanalmente la instalación para realizar una supervisión de los niveles de materia orgánica y del estado general, así como para retirar residuos y actualizar la jardinería.

La inauguración de hoy culmina un proyecto cuya primera redacción se llevó a cabo en junio de 2017. Tras las consideraciones efectuadas por la Confederación Hidrográfica del Ebro sobre las curvas de inundabilidad generadas por la construcción del azud de cola de pantano de Itoiz, se redactó una nueva propuesta en noviembre de 2018. Estas curvas elevaban la cota de inundación y el proyecto de la instalación se ubicaba dentro del periodo de retorno de inundación de cien años, por lo que se modificó.

En diciembre de ese mismo año el Ayuntamiento solicitó una nueva ubicación por razones de cercanía a la localidad y de impacto visual, tan importantes en esta localidad del pre-Pirineo. NILSA accedió al estudio de una tercera ubicación, junto a la carretera, que finalmente consiguió el acuerdo unánime a finales de 2019.

La tramitación de este proyecto escenifica, una vez más, el trabajo colaborativo entre NILSA, como ente instrumental del Gobierno de Navarra, y concejos, ayuntamientos y mancomunidades, así como con entidades estatales, como son las confederaciones hidrográficas.

La coordinación de esfuerzos y el logro de la conformidad por todas las partes involucradas es fundamental para la correcta gestión del agua como recurso básico, así como para una gobernanza sostenible del territorio que combata la despoblación rural. Así lo considera del Gobierno de Navarra, que a través de su sociedad pública NILSA, lleva desde 1989 trabajando en un modelo de depuración y saneamiento de colaboración entre niveles territoriales.

El caso de Oroz-Betelu es un ejemplo de ello, así como del empeño estratégico del ejecutivo foral por dotar de infraestructuras de primer nivel a las localidades de menos de 250 habitantes, lo que supone otro paso para fijar población en todos los territorios, incluso aquellos con menor densidad poblacional o los más alejados geográficamente.